En el proceso de reconversión en hotel, el palacio fue cuidadosamente recuperado, respetándose su arquitectura original. Paralelamente, se añadió un ala nueva para expandir el hotel, creándose un contraste apelativo entre el pasado y el presente.

El restaurante, atractivo y sofisticado, apuesta en la “nouvelle cuisine” y sirve una carta internacional con ingredientes cuidadosamente seleccionados, así como una carta de vinos de elección. El bar es el local ideal para beber un cóctel o un té mientras aprecia el paisaje próximo.

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